viernes, 27 de agosto de 2010
La materia prima de TENDAI
Sólo productos naturales, plantas medicinales, flores y frutos sin pesticidas y deshidratadas al aire. Así trabajamos en TENDAI.
Nuestra intención es ofrecer a quienes han probado los tés e infusiones que elaboramos, productos de calidad, que sean sanos, además de ricos y nutritivos.
Nada más grato que una buena taza de té. Un alimento para el espíritu.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Una infusión que recuerdo
En la casa de mi abuela paterna, en Valparaíso había un cedrón que aromatizaba todo el jardín y cuyas hojas bebí en forma de infusión durante la adolescencia.
No sabía que es originario de Chile, Argentina y Perú, y consiste, si nos ponemos más técnicos,en un arbusto de hoja caduca que crece desordenadamente, suele medir de 2.5 a 3 metros de altura y se desarrolla mejor en climas templados a templado-cálidos.
Sus hojas son ásperas de color verde claro y sus diminutas flores, blancas o rosado claro se utilizan, principalmente, en infusiones como antiespasmódico, analgésico local, antiséptico y sedante ligero. Además, el cedrón tiene propiedades para controlar el vértigo, las nauseas y el insomnio. Se utiliza también como condimento aromático.
Una planta medicinal chilena... el boldo
El boldo es un árbol nativo, endémico de Chile, resiste bien los períodos de sequía, crece desde la provincia de Limarí hasta la de Osorno. Es especialmente abundante entre Curicó y Bío-Bío, donde se encuentra, principalmente, en los faldeos asoleados de ambas cordilleras.
Sus aromáticas hojas y su corteza estimulan la digestión, y alivan trastornos hepáticos. Activa la eliminación de ácido úrico, con lo cual disminuyen los cálculos a la vesícula. También tiene propiedades sedantes sobre el sistema nervioso y estimula la actividad de los riñones. Algunos autores sugieren el uso del boldo para aliviar molestias dentales y dolores reumáticos.
miércoles, 18 de agosto de 2010
El desconocido té blanco
Poco se conoce acerca del té blanco virgen, un producto extraído de la planta de té o Camellia sinensis y que consiste en los brotes jóvenes de la planta que no han sufrido oxidación.
En ocasiones estos brotes son cubiertos para evitar la exposición solar y por tanto la formación de clorofila, de ahí el nombre de té blanco, aunque este no es un requisito indispensable.
Varias son las características que presenta esta variedad de té, una de ellas es un nivel más elevado de antioxidantes que el que ofrecen otras variedades como por ejemplo el té verde.
Borges y el placer del té
El té en la Historia
Si el té forma parte de la historia y la evolución de los seres humanos, es natural, entonces, que se lo asocie, o que haya sido protagonista de algún proceso histórico. En realidad, el té fue punto de partida o excusa para uno de los procesos emancipatorios en el siglo XVIII.
Me refiero, específicamente al denominado motín del té, el cual fue el punto de partida de la rebelión de las colonias inglesas en Norteamérica contra su metrópoli, que derivó en una guerra por la independencia y en el nacimiento de una nueva nación: los Estados Unidos de América del Norte.
En el siglo XVII se habían establecido en la costa este norteamericana trece colonias con cierta prosperidad económica. Los colonos venían del viejo continente huyendo muchos de las guerras de religión que asolaban Europa, otros lo hacían para huir de su propio pasado, había delincuentes condenados a muerte e indultados si emigraban, y la mayoría, atraídos por las perspectivas de futuro y progreso que ofrecían unas tierras casi vírgenes.
La prosperidad se basaba en el comercio con Europa y con las colonias españolas de América, en la producción de algodón y tabaco y en el empleo de una mano de obra esclava, muy económica y eficiente, procedente de África. Todo ello permitió la aparición de una emprendedora clase burguesa que, con cierta autonomía, administraba y dirigía las colonias.
El origen de la protesta americana hay que buscarlo en las pretensiones de la metrópoli de gravar con nuevos impuestos a sus colonias sin que éstas pudieran enviar sus representantes al Parlamento británico. Es decir, eran considerados como ciudadanos para pagar impuestos, pero no lo eran para participar en la vida política: “Sin representación no hay contribución” era la frase preferida por los colonos.
Por eso, cuando llegaron al puerto de Boston varios cargamentos de té , sobre el que tenían que pagar sus correspondientes impuestos, los colonos americanos, disfrazados de pieles rojas, asaltaron los barcos y tiraron por la borda al mar todos los fardos que contenían el té, en total más de cuarenta toneladas. Como represalia, el gobierno inglés cerró el puerto de Boston. Los colonos por su parte rompieron relaciones con los británicos y se organizaron para la larga guerra que vendría después.
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