miércoles, 21 de abril de 2010

Más historias acerca del té


Antes de ser utilizado como bebida, el té formaba parte en algunos lugares de la dieta habitual. En Birmania, por ejemplo, las hojas de té se encurtían y se añadían a la comida; en Tailandia, se comían al vapor junto con pescado seco. En el Tíbet, un desayuno habitual consistía en hojas de té mezcladas con cebada, mantequilla de leche de vaca y sal. Mientras tanto, en China, el té era utilizado en infusión y como medicina, e incluso en forma de emplastos para el reuma.

Poco a poco, los chinos empezaron a cultivar árboles de té en sus huertos para su consumo. En el año 780 el comercio de té era ya de tal envergadura que el emperador empezó a gravarlo con impuestos. Posteriormente, alrededor del año 800 D.C., un grupo de monjes japoneses llevaron té por primera vez desde China, donde habían estado estudiando la doctrina del budismo.

Pero quien dió al té su impulso definitivo en Japón fue el monje Eisai Myoan (1141-1215), fundador del budismo Zen, quien en su libro: Virtudes saludables del té (1211), afirmaba:

“El té es una medicina milagrosa para el mantenimiento de la salud. El té tiene un poder extraordinario para prolongar la vida. En cualquier sitio donde una persona cultive el té, larga vida será el fruto. En los tiempos antiguos y los modernos el té es el elixir que conduce al que asciende la montaña de la inmortalidad".

1 comentario:

  1. Muy interesante todo

    El te verde despierta muy bien, y se siente hasta en la concentración

    Es un buen compañero hasta para el trabajo diario de la oficina

    Carlos Monagas

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