

Poco a poco, los chinos empezaron a cultivar árboles de té en sus huertos para su consumo. En el año 780 el comercio de té era ya de tal envergadura que el emperador empezó a gravarlo con impuestos. Posteriormente, alrededor del año 800 D.C., un grupo de monjes japoneses llevaron té por primera vez desde China, donde habían estado estudiando la doctrina del budismo.
Pero quien dió al té su impulso definitivo en Japón fue el monje Eisai Myoan (1141-1215), fundador del budismo Zen, quien en su libro: Virtudes saludables del té (1211), afirmaba:
“El té es una medicina milagrosa para el mantenimiento de la salud. El té tiene un poder extraordinario para prolongar la vida. En cualquier sitio donde una persona cultive el té, larga vida será el fruto. En los tiempos antiguos y los modernos el té es el elixir que conduce al que asciende la montaña de la inmortalidad".
Muy interesante todo
ResponderEliminarEl te verde despierta muy bien, y se siente hasta en la concentración
Es un buen compañero hasta para el trabajo diario de la oficina
Carlos Monagas