Si
yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana
que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría
refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la
tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los
telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi
aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una
presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría
con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la
existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se
enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la
mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su
existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería
la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del
inquisidor en tiempos anteriores.
En
Wikipedia aparece este articulo que habla acerca de la tetera de
Bertrand Russell, la que consiste en una analogia acerca de la
existencia de Dios para refutar la idea de que le corresponde al
esceptico desacreditar las afirmaciones de la religion.
El texto del filosofo ingles aquí citado pertenece a un articulo titulado Is There God?.
El texto del filosofo ingles aquí citado pertenece a un articulo titulado Is There God?.
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