Inolvidable es la escena de Alicia en el País de las Maravillas, aquella donde se reúne a la hora del té con la Liebre y el Sombrerero Loco.
En realidad la hora del té debe ser lo opuesto a este delirante y absurdo, aunque no menos entretenido pasaje de la obra de Carroll.
Tomar una taza de té, a la inglesa, a las 5 de la tarde es la ocasión para disfrutar de un momento de tranquilidad y en grata compañía.
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